jueves, 27 de mayo de 2010

“PRE-REQUISITOS PARA PLANEAR”

Una iglesia puede soñar acerca de mejores facilidades, un mejor presupuesto, un personal más grande, pero a menos que la iglesia comprenda su misión, estos importantes recursos no pueden ser colocados en perspectiva adecuada y no producirán resultados máximos.

Algunas iglesias trabajan bajo la idea de que ellas existen por sí mismas. Una iglesia no debe permitirse ser un fin en sí misma, debe ser un medio hacia un fin. Esta debe existir para llenar las necesidades de la gente, tanto dentro, como fuera de la iglesia.

Cuando una iglesia da demasiada atención a sus facilidades, sus organizaciones, su imagen de éxito, aun sus propios miembros, está en peligro de llegar a ser un fin en sí misma. Y cuando esto sucede, ha perdido, o nunca ha comprendido su misión.

La misión de la iglesia está definida así: la Palabra de Dios y el mundo quien es objeto del amor de Dios. Es Dios quien permite que la iglesia exista. Es el mundo quien pone la agenda para el trabajo de la iglesia. La misión de la iglesia es proclamar y llevar testimonio del hecho que Cristo es Señor de todos y el único Salvador del mundo.

Es el trabajo de la iglesia encontrar formas para demostrar el señorío de Cristo y pensar en cada área de la vida, tanto pública como privada, donde el bienestar humano y de la comunidad están en peligro, donde la expresión de la voluntad de Dios está en peligro.

Una iglesia debe llevar este testimonio, debe hacer esta proclamación, y debe llevar a cabo esta misión tomando parte en la vida de la comunidad. Para cumplir su misión en su comunidad, una iglesia debe saber su misión. Y el descubrirla será una experiencia espiritual.

El conocimiento de su misión puede ser obtenido solamente por medio del estudio bíblico bajo la dirección del Espíritu Santo. Después de haber llegado a una comprensión de su misión, una iglesia debe descubrir sus necesidades y las necesidades de su comunidad. Este conocimiento debe ser tan completo como sea posible. Cada necesidad descubierta, representa una oportunidad para que la iglesia cumpla su misión.

En algunas comunidades, una iglesia descubrirá más necesidades que las que pueda llenar. Se deben decidir prioridades a la luz de la comprensión que la iglesia tenga de su misión.

Una iglesia puede usar su tiempo y sus recursos haciendo bien, pero a menos que planee, las cosas que haga no le pueden ayudar a cumplir su misión. Planeando por sí misma no podrá despertar una iglesia que piensa que ya tiene un curso de discipulado señalado. No puede cambiar el curso de una iglesia cuya preocupación principal es sobrevivir (Ese despertamiento y esa nueva dirección debe haber principiado por el poder del evangelio).

El planeamiento, sin embargo, puede traer beneficios a la iglesia que está dispuesta a pagar el costo del planeamiento.

El planeamiento da estos beneficios:

1.- Sentido de propósito: ¿Por qué existe una iglesia? ¿Sabe la gente cual es el propósito de la iglesia?

Este propósito viene de la comprensión de la misión de la iglesia y las necesidades de la comunidad. Cuando una iglesia pasa a través del proceso de planeamiento, vendrá a comprender más claramente adonde va y que es lo que debe hacer para llegar ahí. Muchas iglesias se guían por el calendario y no planean. Las actividades de cada año son las mismas de los años anteriores y esto hace que muchos miembros digan: "este año déjenme fuera…"

2.- Sensible a las necesidades de la vida: una de las críticas que más se oye hoy en día es que la iglesia no es sensible a las necesidades modernas de la vida. Esta censura viene tanto de los miembros mismos, como de los no miembros primeramente. Y no es suficiente levantarnos de hombros ante esta acusación.

3.- Unidad de propósito: la iglesia verá que las actividades de sus organizaciones alcancen las necesidades que ha descubierto.

4.- Mayor motivación: los miembros trabajaran más diligentemente hacia las metas que se han propuesto.

5.- Mayordomía de recursos: planeando, la iglesia podrá usar su personal de tiempo completo, dinero y facilidades en las áreas de mayor importancia.

Las escenas de la experiencia diaria en la comunidad y en el mundo nos dicen a gritos que vivimos en medio de una sociedad enferma de odio, envidia, rencillas, muerte. Así que la iglesia debe ser una bendición practica a la sociedad en todo lo que pueda, pero ordenadamente en proceso de planeamiento continuo.