miércoles, 31 de agosto de 2011

LA PALABRA QUE TRANSFORMA

Daniel García Ibarra

"Estudien las Escrituras;…ellas dan testimonio de mí". Jesucristo

Por muchos años ya, la Sociedad Bíblica de México A. C. se ha propuesto promover la lectura de la Biblia en el idioma español y las lenguas nativas que se hablan a lo largo y ancho de nuestro Continente, en particular las de México. Con el mismo propósito y con bastante tiempo motiva a la población dedicando un mes, agosto, al cual se le ha dado en llamar el mes de la Biblia.

El pueblo evangélico de las diferentes denominaciones responde a esta iniciativa llevando a cabo diferentes actividades durante todos estos días, y especialmente concluyen las celebraciones el último domingo del mes con un culto especial en el cual se levanta una ofrenda la que se dedica para la publicación de la Biblia en tal manera que sea posible su adquisición a precios muy por debajo de su costo real.

¿Pero por qué tal interés de las mencionadas instituciones con los propósitos ya indicados? Las respuestas son el testimonio de la innumerable multitud de quienes leen el Sagrado volumen por la importancia de su contenido para la vida en el aquí y en el ahora; en el hoy y en el mañana de la eternidad. Incontables estudiosos de las Sagradas Escrituras del mundo cristiano, clérigos y laicos además de los lectores con propósitos literarios nos hablan del valor que significa para las personas el mensaje de lo que también se le conoce como la Ley de Dios, Palabra de Dios entre otros nombres, tanto del Antiguo Testamento (A. T.) como del Nuevo Testamento (N. T.).

Entre los muchos testimonios ofrezco los siguientes: la versión conocida como Nacar Colugna cita a San Agustín de Hipona quien dijo: "leed las Escrituras- decía en cierta ocasión con vehemencia, a sus ermitaños- leedlas para que no seáis ciegos y guías de ciegos". La misma versión al final del prólogo cita a Gregorio Magno quien exhortó así: "Aprende a conocer el corazón de Dios en las palabras de Dios, para que con más ardor aspiréis a las cosas eternas". El diccionario de la Santa Biblia publicado por la Sociedad Americana de Tratados informa que "la Biblia entera es la regla de fe para todos los cristianos, y no únicamente el Nuevo Testamento". La versión española afirma en la presentación que: "todos somos lectores, a nuestro modo, de la Biblia: como cristianos creyentes o por interés literario o cultural". Tiempo y espacio son insuficientes para citar al pueblo y a los muchos estudiosos de la palabra de Dios en lo que tienen que decirnos de su poder transformador de la vida; de quienes se dedican a su estudio, meditación y reflexión con propósitos de escuchar lo que Dios dice a la humanidad sobre la verdad y la razón de la vida.

Cuando se habla de la Biblia como Palabra de Dios nos estamos refiriendo con toda claridad al mensaje que Dios presenta en sus propósitos para salvación del hombre en su forma total y completa de lo que es el ser humano; no solamente de lo que se ha dado en llamar espiritual sino también de lo material; de su ser y hacer, de su relacionamiento con Dios, consigo mismo y con sus semejantes; lo cual incluye a todo el mundo en lo que es y en lo que lo forma. Es entonces cuando esta Palabra aceptada y llevada a la acción toma vida para transformación de las personas bajo la voluntad divina.

Jesucristo al enseñar al pueblo fue identificado como la Palabra de Dios hecha humano. Los oyentes del Nazareno se maravillaban de su doctrina porque "les enseñaba con autoridad, y no como los escribas". Por esta razón aceptaban su mensaje y cambiaban su manera de ser y hacer siempre con la dirección de Cristo, la Palabra de Dios. De esto también da testimonio la historia de la humanidad.

Nadie puede negar que nuestro mundo urja cambiar de rumbo en su modo de hacer la vida; esta es razón más que válida y suficiente para promover la lectura de la Biblia como Palabra de Dios, la cual es poderosa para transformar la vida total del hombre y sus estructuras.


miércoles, 17 de agosto de 2011

SALVEMOS A NUESTROS HIJOS


Daniel García Ibarra
"Castiga a tu hijo en tanto hay esperanza: mas no se apresure tu alma para destruirlo" Salomón
Recibí un correo de una de mis hijas el cual por el contenido considero de suma importancia en la educación de los hijos y salvarlos de ser víctimas de la delincuencia.. He aquí el texto tal como lo recibí: "Nos quedamos sorprendidos, cuando se da cuenta en periódicos o radio, que el sicario no superaba los 18 años. Cuando los cuerpos de los 3 o 4 ejecutados, correspondían a adolescentes de hasta 14 años de edad. Frente a lo anterior, el siquiatra dominicano César Mella, hizo publicar el siguiente trabajo:
"Yo me preguntaría y plantaría la siguiente pregunta: ¿cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos? A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias para llegar a ella. Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.
No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.
Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, Ipod, blackberry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización. Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso. El nextel más costoso. La Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar. Idolatran amigos y a falsos personajes de realitys de mtv. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.
Se cierran automáticamente a quien les hable de moral, honor y buenas costumbres, y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido. Ya saben todo
y, lo que no ¡Lo consultan en internet!
Nos asombramos, porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas,
cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo incluso su cuota semanal o mensual sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan a porque eso no me alcanza
Si son estudiantes, siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, que lo menos que uno sospecha, es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca, marihuana o cuando mínimo alcoholizados. Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme o quien les manda andar de calientes. Definitivamente estamos amolados, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo, hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos. Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años, si es correcto 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.
¿Entonces en qué estamos fallando?
Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes, pues para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que ayudar a limpiar la casa; no se frustraban por no tener vehículo, andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos, aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.
Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resulta doy mandó todo al diablo: ¡Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!

Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre
. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero. Muchos de los nuestros hijos, a los 10 años ya habían ido a Disneyworld mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México, con su hoy vetusto y atiborrado Metro
El dame y el cómprame, siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión, con sirviente (a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.

Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida
Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades. háganles el hábito del ser agradecidos.
Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios. Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta. Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita. Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento. Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan, y por la que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.
Que entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura.

Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.

Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión
, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó.
Cuando ocupes corregirlos, aconséjalos, platica con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.

Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.
Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.
Que cada quien tome lo que la corresponda. Que haga lo que pueda y quiera.
Recuerda que para que triunfe el mal, solo se necesita que la gente buena lo permita
.
Comentario:
Reaccionamos hasta cuando leemos que a los "Ponchis" se les castiga con pocos o muchos años de cárcel. Nos preguntamos si es castigo o disciplina, si se les manda a la "escuela del cromen" o a un hospital para curar su mal. Antes que todo esto suceda hemos de poner remedio; responsabilidad de padres, ciertamente, pero también lo es de las autoridades que nos gobiernan y de toda la sociedad.

martes, 2 de agosto de 2011

PENSANDO ACERCA DE DIOS

Salmos 42: 1-3; 53: 1, 2; 139:7; Hechos 17: 22, 23.

"Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios". Salmos 53: 2

Introducción: Al estudiar de las maneras diversas cómo Dios se ha revelado, enriqueceremos nuestra experiencia de íntima comunión con Dios. Muy presente es la preocupación de Dios en cada hombre en alguna época de su vida. Algunos han abandonado la búsqueda, adoptando una indiferencia que jamás proporcionará la paz y tranquilidad anhelada por el hombre. Otros no han descansado hasta dar una respuesta sincera a su búsqueda de Dios. El hombre como ser espiritual busca naturalmente entrar en comunión con Él. Este deseo a la vez es obstaculizado aun en los más honrados, a causa del temor que causa el descubrir la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre. Pero el hombre solo construirá su vida productiva y bendecida en un acto de dedicación a Dios y a su servicio. El descubrimiento de las dichosas probabilidades de tan íntima comunión debe inspirar al creyente a buscar intensamente a Dios.

  1. Anhelando al Dios viviente. Salmos 42: 1-3

El poeta expresa el dolor que lo ha sobrecogido por su deseo de Dios. Con toda belleza el expresa su anhelo de Dios. V.1. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas; en el calor abrazador del verano, el siervo estira su cabeza tanto como puede buscando en vano el agua que pueda apagar su sed devoradora. Va de arroyo en arroyos y a todos los halla secos, y en su desesperación brama como si rogase al cielo lo que él tanto desea. "Así clama por ti oh Dios el alma mía". El autor levanta su alma en oración buscando y esperando encontrar a Dios, quien es tan deseado como el agua para el ciervo sediento. El hombre que es capaz de expresar así su relación con Dios puede adquirir una fe que es bien fundamental en su vida. La comparación es bien significativa; la urgencia del ciervo por el agua y la necesidad de Dios por el alma expresan bien la necesidad que el ser humano tiene de Dios.

V.2. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; En ese momento de soledad espiritual y de angustiosa necesidad de comunión, el poeta expresa su gran necesidad de Dios. Bien puede ser que su ansiedad crecía por el medio pagano en el cual él vivía, que ignoraba a Dios y no se interesaba por tener comunión con Él. Para él Dios es un Dios vivo y lo que él más desea no es solo llegar a venir ante su presencia, sino ser permitido entrar en contacto cercano a fin de que pueda tener la más íntima y deleitante comunión con Él. Solo el Dios vivo podía conceder ese profundo y vehemente deseo del alma; los dioses paganos no podían hacerlo. Por eso agrega: ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? Esta es la pregunta desgarradora que se usa paralelamente con el bramido del ciervo. Esta experiencia es común a todo ser humano en su vida espiritual. La paradoja es que muchas veces en la experiencia vital, cundo Dios está más cerca, es cuando el ser humano lo siente más lejos y remoto. Los místicos nos dicen que Dios nunca está tan cerca como cuando se siente remoto. La agonía de la sed por Dios es presenciada y oída por Dios mismo. V. 3. Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche; La angustia de su deseo por Dios se agravaba hasta ser un tormento casi intolerable a causa de que también los paganos se reían de él y de su fe. Pero hay algo vital cuando se llora así, no cabe duda de la seguridad que este hombre tenía en Dios; para él Dios era esencial; él no podía vivir sin Dios y sus lágrimas revelan lo mucho que importaba Dios en su vida.

  1. La locura de anhelar a Dios. Salmos 53:1, 2; 139:7

Dios creó al ser humano con personalidad propia y con poderes que puede usar para bien o para mal. Tiene la oportunidad hasta de llegar a negar a Dios, evidenciando así su voluntad, pero no su sabiduría. Sal. 53:1. Dice el necio en su corazón; el poeta va a la raíz misma del mal; y lo hace con la firme y perceptiva captación de la escena humana. Él fija el origen de toda iniquidad en el desconocimiento de Dios, de sus caminos. Solo un hombre necio puede expresar la idea de que no hay Dios. Este no es un tonto mentalmente, sino que le falta más iluminación y que por lo tanto hace afirmaciones impertinentes. Este hombre es necio porque él no sabe que cada hombre no puede huir de la realidad de Dios. No hay Dios; la idea no es la de negar la existencia de Dios. El que dice esto, no es ateo doctrinalmente, sino que lo es desde el punto de vista práctico. Es algo así como si Dios ya no se interesara por lo que pasa en medio de los hombres. No importa lo que aquí suceda, Dios no intervendrá ni para bien ni para mal. Se han corrompido; el desconocer la realidad de Dios termina en corrupción moral, porque esto es resultado de la desobediencia a Dios, la cual lleva a la inhabilidad de hacer el bien. E hicieron abominable maldad; nos gustaría pensar que este juicio solo se refiere a los hombres blasfemos, pero esta excepción no nos es permitida. Aquí hay una apostasía unánime y una impotencia moral de carácter universal. El necio aquí aparece como representante de la humanidad. No hay quien haga bien; esto refleja desde luego, cuán grave es la negación de Dios en los ojos del escritor. Este juicio es hecho no solo de unos cuantos hombres, sino de todos los hombres de su día. Todos han escogido el camino de menos resistencia de dar rienda suelta a sus apetitos y pasiones, desconociendo a Dios en sus demandas.

v.2. Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres; para ver si había algún entendido que buscara a Dios; si pensáramos que lo anterior es la idea del poeta nos sería fácil decir que él fue muy severo en su juicio, pero cuando Dios mismo busca un hombre justo y no lo halla, la situación se torna enteramente más seria. Este es el veredicto radical en la inhabilidad de hacer lo recto de acuerdo con la voluntad de Dios, con la cual cada hombre es confrontado.

V.3. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? Empezando con la experiencia de la presencia divina, el poeta piensa sobre la omnipresencia de Dios en una serie de preguntas de las cuales esta es una. El mero hecho de la pregunta puesta de esta manera muestra que él ha gastado muchas energías pensando en su relación con Dios. Se da cuenta de lo imposible que es tratar de huir de Dios. No es la mala conciencia del pecador lo que quiere alejarse de Dios, sino la conciencia del mismo poeta, que de esta manera expresa la tendencia innata del hombre en su reacción cuando contempla y entiende la grandeza de Dios. ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Dios no solo nos conoce, sino que Él va donde quiera que vamos. Algunas veces resentimos su presencia con nosotros. Sinceramente oramos que su presencia nunca falte de nosotros, pero en muchas ocasiones como Adán y Eva queremos hallar un lugar para escondernos de la presencia de quien nuestro ser depende.

  1. La respuesta para el anhelo del hombre. Hechos 17:22, 23.

V.22. Entonces Pablo, puesto en pie en medio del areópago; Pablo había llegado allí por invitación y todos estaban muy atentos a lo que él tenía para decirles. Pablo no podía menos que sentir la responsabilidad de anunciar el evangelio. Pero Pablo tenía la ayuda del Espíritu Santo. Dijo: varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; la ciudad estaba llena de objetos de adoración; había altares por todas partes; esto indicaba el bien arraigado deseo de rendir adoración. Pablo los acredita con esa curiosidad religiosa. Porque pasando y mirando vuestros santuarios; en Atenas había cabida para todos los dioses; cada quien rendía su devoción a la divinidad de su predilección. Hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción; había muchos altares a los dioses desconocidos en toda Atenas, y unos tenían inscripciones que describían la divinidad que era venerada en cada altar. Al Dios no conocido; unos seiscientos años antes había habido una pestilencia terrible en la ciudad, que nada podía pararla. Un cretense presentó el plan que se llevó a cabo: se tomó un rebaño de ovejas y se le soltó por todo el areópago, y donde quiera que ellas se acostaban, se les sacrificaba en el altar más cercano; si la oveja descansaba junto al altar de una deidad desconocida era sacrificada al "Dios no conocido". Pablo toma esta inscripción como su punto de partida para su sermón. Al que vosotros adoráis pues, sin conocerle; la intuición que ellos tenían de que tal vez habían dejado una divinidad que no era conocida y la cual debían venerar es la que Pablo usa para desarrollar su exposición. Es a quien yo os anuncio; esa divinidad Pablo la identifica con Dios como creador, y que no puede ser creado quien hizo todo lo que hay. Dios como creador no puede ser representado por objetos hechos por los hombres. Dios además ha guiado y es Señor de la historia de los hombres. Dios ha creado al hombre con la naturaleza que Él anhela instintivamente: la comunión con su creador. Dios además se ha revelado en Cristo para que el hombre no sea más ignorante, sino para que se arrepienta. Dios traerá a culminación la historia de los hombres con juicio sobre todos. Cristo es preeminente como la revelación de Dios atestiguando esto por su resurrección.

Aplicación

La tendencia natural de la mente humana es pensar en Dios únicamente en términos intelectuales, como si Dios fuese una simple palabra de su vocabulario. El hombre busca conocer a Dios su creador, pero su pecadora naturaleza lo aparta de esta experiencia, por lo que Dios debe revelarse para que él lo conozca. Jamás debe olvidarse que existe en la naturaleza humana la idea innata de Dios. Esto es lo que hace diferente al ser humano de todas las criaturas irracionales. Debemos aprender a pensar en Dios con la profundidad de pensamiento y sentimiento que hubo en el salmista. Él dijo: "Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo". Si en verdad creemos en Dios, debemos tener una profunda conciencia de su realidad, un sincero amor hacia él, y una confianza plena que no se doblega ante cualquier situación.

Aprendamos a dejar que los necios se consuman en su locura; que se burlen como quieran de Dios, que ello no cambiará en lo más mínimo la realidad de su existencia y de su gobierno en el basto universo. Aprendamos a no usar livianamente el nombre de Dios; no lo apliquemos a cosas ni a personas. Él es digno de toda nuestra honra, respeto y reverencia. Hay millares de persona que no conocen a Dios en este mundo; pero hay millares de creyentes que creen en Él y le invocan con devoción. Busquemos cada día en la Palabra de Dios, la Biblia, lo que Él desea que hagamos. Adorémosle con un corazón sincero y una mente sana.