miércoles, 7 de diciembre de 2016

UN ACUERDO

"Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: de todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás." Génesis 2:16-17

El hombre fue hecho para alabar a Dios. El hombre también recibió instrucciones sobre cómo alabar a Dios, puesto que Dios entró en un acuerdo, en un pacto, con el hombre. Esto se llama el Pacto de las obras. 

Al hacer este pacto Dios le mostró al hombre el árbol de la ciencia del bien y del mal y le dijo: del tal no comerás. A este mandamiento Dios añadió una amenaza: "...el día que de él comieres, ciertamente morirás." E implicada en esta amenaza está la promesa: Si no comes de este árbol, si me obedeces, vivirás. El hombre respondió prometiendo que obedecería a Dios, lo cual le permitiría gozar de una vida perfecta y sin fin.

De tal manera Dios hizo un acuerdo con el hombre. Los elementos de este acuerdo, de este pacto, indicaban que el hombre alabaría a Dios obedeciéndole. El hombre glorificaría a Dios usando aquello que Dios le había dado para tal propósito.

Es cierto que el hombre rompió este pacto con su pecado, pero también es cierto que el hombre todavía debe alabar a Dios con su obediencia. Hoy no es domingo tal vez. Quizá no vayamos hoy a la iglesia na adorar al Señor. Esto, sin embargo, no significa que no hemos de alabar a Dios. Bien podemos hacerlo. Debemos hacerlo. ¿Cómo? Obedeciéndole. Actuando como él quiere que actuemos, diciendo lo que quiere que digamos y siendo lo que Él quiere que seamos.

Que sea éste un  día de alabanza a Dios. Que confesemos que somos hijos suyos y lo hacemos con alegría. Que su Espíritu nos ayude a obedecerle, de manera tal que podamos vivir para Su Honra y Gloria en alabanza.