jueves, 4 de noviembre de 2010

LA EDUCACIÓN EN LA REFORMA

Daniel García Ibarra

"Creemos en una educación que haga del hombre un ser cada vez más conciente de su transitividad, críticamente, o cada vez más racional"

Pablo Freyre.


Para la gran mayoría de las naciones, por no decir que todas, la educación del pueblo ha ocupado un lugar muy importante. Los gobiernos, unos más otros menos, han desarrollado programas en las diferentes ramas del saber. Con todo, dependiendo de la postura ideológica e intereses del partido político en el poder así son los propósitos que se enfocan en la enseñanza. De aquí surge el pensamiento pedagógico del brasileño Pablo Freyre de una educación para la sumisión, enajenante, que mantiene al pueblo esclavo y explotado; o por otra parte una educación liberadora cuyo propósito es que el individuo tome conciencia de su realidad socio política, económica y cultural, para que luche por ser pueblo libre, dueño de su propia voluntad, y sea agente de cambio para una sociedad más justa.

De acuerdo a las afirmaciones de algunos historiadores, entre otros Juan Fletcher Hurst, "los monarcas que precedieron a Carlomagno eran bárbaros de origen que no apreciaban la literatura clásica. Teodorico era tan ignorante que no sabia ni firmar". Fue hasta el tiempo de Carlomagno que las cosas cambiaron respecto a la educación. El promovió la enseñanza de las letras en todo su Imperio para todas las clases sociales, ordenó que se abrieran escuelas en lugares estratégicos, en particular en las zonas apartadas, rurales y pobres; y que la educación fuera gratuita y dirigida por el Estado. Fletcher anota que este sistema "coadyuvo eficazmente al crecimiento de la Iglesia. La educación bajo este gobernante "extendió sus beneficios a las masas del pueblo".

A la muerte de Carlomagno la situación cambió, "volvió el antiguo estado: el clero asumió la dirección de las escuelas y ceso la gran obra de éstas, se limitaron los estudios preparatorios para las carreras profesionales y disminuyó la educación popular. El Estado quedó privado de la enseñanza pública, y no la volvió a obtener hasta el siglo XV1 cuando empezó la Reforma". El historiador Roland H. Bayton dice que en la época medieval la educación escolar "reforzaba las enseñanzas religiosas y creencias del antiguo paganismo germano. Las enseñanzas en el hogar, la escuela y en la universidad se dirigían enfáticamente hacia el temor a Dios y a la reverencia de la Iglesia". El latín "era el lenguaje de la Iglesia, de la ley, la diplomacia, de las relaciones internacionales, de los eruditos, de los viajes". Con esto, la Iglesia tenía el control de la vida toda. Urgía una reforma global, integral; la cual llegó con la Reforma Protestante del siglo XV1.

Las iglesias urgidas de este movimiento religioso, y el mundo profano reconocen que el cambio tuvo su inicio el 31 de octubre de 1517, fecha cuando el Dr. Marín Lutero, monje agustino, fijó sus 95 tesis-proposiciones- en la puerta de la catedral de la Universidad de Witenberg, Alemania, para discutir sobre el valor de las indulgencias. Importante reconocer que tanto el Dr. Lutero como muchos otros en diferentes partes donde se ubicaba la Iglesia –Católica-Romana-, buscaban solamente un cambio en el credo religioso. Con el paso del tiempo a medida que se consideraban los aspectos de la fe, se dieron cuenta de que la Reforma, por necesidad, debía de darse en toda la vida.

Después de que el reformador agustino centró su pensamiento bíblico teológico sobre la gracia inmerecida de Dios para la salvación y perdón del pecador por la fe en Jesucristo crucificado y resucitado para una nueva vida, enseñaba que también la política, la economía, las leyes, la vida toda, eran objeto de una reforma. Para Lutero la educación debe de llevar a la reflexión para la práctica de una nueva vida; de aquí que también fuera objeto de cambios estructurales y de fondo.

A partir de esta postura ideológica donde quiera que entraba la Reforma Protestante se construían escuelas de enseñanza elemental, secundarias y universidades. Los protestantes que emigraron de Alemania, Suecia, Holanda Inglaterra, Francia etc., fundaron escuelas y promovieron la educación. "La enseñanza de las ciencias y las artes lo mismo que la predicación en el idioma nacional y el lenguaje del pueblo fue más poderosa que los edictos papales que exigían se usara solo el latín". El Papa Juan XXIII, llamado por algunos como el Papa protestante, hizo su gran contribución al introducir la lectura de las Sagradas Escrituras y las ceremonias religiosas en el idioma nacional y popular. Juan Calvino, otro gran reformador, adoptó un sistema de educación para el pueblo. Él "tenía la convicción de que Dios quería que los pastores, profesionistas y todo servidor público fueran bien educados. Fue así como en Ginebra, Suiza, donde él era pastor de la Iglesia se fundó la primera Universidad del mundo.

En conclusión, creo que nuestro gobierno en sus tres niveles, los dirigentes de la educación y los sindicatos respectivos tienen en sus manos la responsabilidad de que toda reforma educativa que se dé, sea en verdad por el bien de toda la población, en particular de las clases más desfavorecidas, y no se llegue a privatizar en beneficio de los sectores de poder.